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El Síndic ha recomendado a diversos municipios que modulen o supriman el toque nocturno de las campanas

04/02/2016

(c) Ajuntament de Montesquiu

Algunas localidades han reducido la frecuencia y la intensidad de los toques durante la noche

Las molestias derivadas del impacto acústico de esta tradición generan numerosas quejas entre los vecinos

Es necesario implicar a la población para conseguir la máxima legitimación y aceptación de las medidas que se puedan acordar

El Síndic ha recomendado en los últimos años a los ayuntamientos de catorce localidades catalanas que adopten las medidas necesarias para garantizar el derecho al descanso de la población y evitar las molestias derivadas del toque de las campanas. Rafael Ribó ha remitido esta sugerencia a cada consistorio con las especificaciones propias de cada caso después de haber investigado las quejas que le presentan los vecinos afectados.

Aunque el toque de las campanas de las iglesias es una práctica tradicional propia, enraizada más allá del ámbito religioso, el Síndic alerta de que la ley de protección contra la contaminación acústica no la contempla como una excepción o como un fenómeno no sujeto al cumplimiento de la normativa.  De acuerdo con este principio, reforzado con una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que legitima la supresión del toque en horario nocturno, el Síndic se ha dirigido a los ayuntamientos de Tordera, Barcelona, Palafolls, Montesquiu, Garidells, El Papiol, Torroellà de Fluvià, Sant Just Desvern, Sant Esteve Sesrovires, Arenys de Mar, Rabós, Castellfollit de Riubregós, Falset y Olesa de Bonesvalls.

Siguiendo la recomendación del Síndic, el Ayuntamiento de Garidells, en el Alt Camp, ha silenciado la grabación que simula el toque de las campanas en horario nocturno. Otras localidades, han reducido la frecuencia y han eliminado cuartos y repiques (Sant Just Desvern y Rabós) y la intensidad (Sant Esteve Sesrovires).

El Síndic considera que lo primero que debe hacerse es objetivar las molestias y medir el impacto acústico desde las viviendas afectadas (tanto en horario diurno como nocturno) para tener un conocimiento real del valor de la intensidad sonora.

También propone llevar a cabo un trabajo de diálogo, participación e información entre la población para conseguir la máxima legitimación y aceptación de las medidas que se puedan acordar.

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