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Los ajustes presupuestarios dejan a miles de personas al límite de la vulnerabilidad

11/02/2013

(c) Síndic

El síndic de greuges, que ha entregado a la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, el Informe Anual 2012, considera que la falta de coordinación entre administraciones agrava los efectos de las reducciones.

  • El corazón del sistema de derechos sociales se verá irremediablemente afectado si el Gobierno central impone el déficit público del 0,7 a la Generalitat.
  • La falta de respuestas claras y rápidas a problemas como los de la pérdida de la vivienda explican el creciente desencanto e indignación ciudadana hacia las instituciones.
  • La inexistencia de una ley que garantice y regule el ejercicio del derecho de acceso a la información y la transparencia no es justificable. Se ha perdido una oportunidad para avanzar en su calidad y en el control democrático del poder público.
  • El incremento de quejas recibidas en el Síndic desde el inicio de la crisis ha sido de un 38,7%.

1) Afectación de derechos sociales

En los informes de los tres años anteriores, con mayorías parlamentarias y gubernamentales diferentes­, el Síndic de Greuges ya llamó la atención sobre la evolución presupuestaria y sobre los riesgos de superar determinadas líneas rojas. Este año es preciso afirmar que los daños sociales y la afectación de muchos derechos –especialmente aquellos de las personas más vulnerables­– generados por la evolución presupuestaria han sido graves y, en algunos casos, de consecuencias difícilmente reversibles a corto o medio plazo.

El Síndic quiere advertir explícitamente del significado altamente negativo que implicarían nuevas y fuertes reducciones­ presupuestarias en las políticas sociales como consecuencia de las drásticas limitaciones de los coeficientes de déficit público. Estamos a punto de afectar seriamente al corazón del sistema de derechos sociales, que quedaría muy dañado con nuevas restricciones y, lo que es más importante, se agravaría­ la vulnerabilidad de diversos colectivos sociales­, tal como se ha venido apuntando en los informes del Síndic de Greuges en los últimos años.

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