El síndic de greuges, el adjunto general y la adjunta para la defensa de los derechos de los niños han reunido esta mañana en Barcelona a representantes de algunas de las principales entidades de atención social de Cataluña para abordar la urgencia asistencial y la detección de necesidades y prioridades a fin de realizar las recomendaciones de cambio y mejora a las administraciones afectadas y al Parlamento de Cataluña. En la reunión han participado representantes de la Mesa del Tercer Sector, Caritas, Cruz Roja, Amics de la Gent Gran, Banco de Alimentos y Sant Egidi, a quienes el Síndic ha invitado a formar parte de forma estable de la Mesa de Emergencia Social de la institución.
El Síndic, que ha analizado la crisis sanitaria, social y económica derivada de la pandemia del coronavirus, ha situado el punto de partida del análisis en el informe presentado recientemente en el Parlamento sobre la Salud y derechos durante la crisis de la Covid-19, y el horizonte en la recomendación a las administraciones de la elaboración de un plan de choque social.
En el marco de la reunión se han apuntado varias iniciativas y opciones, como puede ser la necesidad de articular un fondo especial para la infancia en situación de vulnerabilidad. Las entidades han subrayado la segregación que han sufrido durante la pandemia, dado el impacto de la brecha digital en los niños de familias económicamente más desfavorecidas.
En cuanto al colectivo de personas mayores, se ha destacado la necesidad de abordar la soledad y el aislamiento de las personas mayores, que en gran medida ya existía antes de la pandemia y el confinamiento. Se deben combatir las actitudes edadistas, y velar por consolidar el modelo de atención y acompañamiento a este colectivo. Se considera muy grave el hecho de que un elevado número de personas mayores haya tenido que vivir en soledad el proceso de la muerte, así como que es imprescindible dotar de medidas alternativas y seguras para paliar de cara al futuro estas situaciones.
Se ha analizado cómo se puede reforzar el modelo de atención social actual, que cuenta con la gran labor realizada por entidades privadas que prestan un servicio público sin ánimo de lucro; las entidades han reivindicado la falta de regulación específica que reconozca la parte de servicio público que se presta desde las entidades, así como las dificultades que les comporta el hecho de tener que depender de las convocatorias de subvenciones y la presentación de solicitudes. Consideran que debería estudiarse una fórmula que superara esta situación, como sucede en algunas de las democracias de los países cercanos.
Se destaca la labor llevada a cabo por muchos "invisibles", colectivos de personas (mayoritariamente mujeres) que se dedican a la atención y al cuidado en el domicilio, a veces en situaciones de infratrabajo, no suficientemente reconocidas y con elevada inestabilidad.
En positivo, se ha subrayado el incremento de personas que han iniciado tareas de voluntariado en entidades sociales durante la pandemia; grupos intergeneracionales, los cuales conjuntamente con las personas que ya formaban parte de la red de atención de las entidades, han ayudado a dar respuesta desde las entidades sociales a muchas de las necesidades que manifestaba el colectivo de personas más vulnerables, i se destaca el valor humano de las aportaciones individuales y voluntarias. También se han puesto en valor las aportaciones solidarias que las empresas han continuado realizando al tercer sector durante la pandemia.