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El síndic alerta sobre el fuerte impacto en los niños a causa de la crisis de la pandemia

30/11/2020

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Informe sobre los derechos del niño 2020 (en breve disponible en castellano)

El hecho de no asistir a los centros escolares o a los servicios de intervención socioeducativa incrementa las desigualdades sociales en el acceso al bienestar       

La crisis económica derivada de la pandemia puede introducir obstáculos en la participación de los niños socialmente menos favorecidos en las actividades de ocio       

La brecha ha resultado especialmente discriminatoria para el colectivo de alumnado que por razones socioeconómicas puede tener más problemas de conectividad y de provisión       

La pobreza aumenta el riesgo de sufrir trastornos y patologías de salud mental y al mismo tiempo impide el acceso a recursos complementarios en el ámbito de la salud mental de tipo privado

Se ha incrementado la probabilidad de que se den situaciones de violencia hacia los niños y adolescentes

Este lunes, 30 de noviembre, el síndic, Rafael Ribó, y la adjunta para la defensa de los derechos de la infancia y la adolescencia, M. Jesús Larios, han entregado al presidente del Parlamento, Roger Torrent, el Informe sobre los derechos del niño.

La pandemia de la COVID-19 y la situación de emergencia sanitaria global han tenido un impacto especialmente negativo entre los niños y en el ejercicio efectivo de sus derechos. El derecho a la movilidad, a la educación, a la atención a la salud mental, el desarrollo, entre muchos otros, han quedado condicionados por las decisiones tomadas en orden a la contención de la propagación del virus.

En la gestión de la crisis sanitaria, y en las medidas tomadas, se debe tener en consideración el interés superior del niño y que los niños son un colectivo especialmente vulnerable que está en pleno proceso de desarrollo.

Ante esta situación, el informe anual sobre los derechos de la Infancia del Síndic de este año expone 10 elementos clave sobre las políticas de infancia, partiendo de la situación de carencias estructurales, sobre los que el Síndic ha desplegado actuaciones específicas relacionadas con la situación generada por la crisis actual.

1. LA GESTIÓN ADULTOCÉNTRICA DE LA PANDEMIA

Durante la aplicación del estado de alarma, los niños y los adolescentes quedaron invisibilizados como sujetos de derecho. Sus necesidades y sus derechos no aparecen claramente especificados en los textos normativos que se aprobaron después de que se decretara el estado de alarma.

Es imprescindible promover la participación y la escucha de los niños, tanto en todas las decisiones que les afectan en la vida ordinaria como en situaciones de emergencia.

2. EL INCREMENTO DE LA POBREZA INFANTIL ANTE LA CRISIS ECONÓMICA

El confinamiento domiciliario y el cierre temporal de los ámbitos de socialización habituales aún han hecho más dependiente el desarrollo de los niños de las oportunidades disponibles en su entorno familiar inmediato. Sin los beneficios sociales derivados de la participación de los centros escolares, los servicios de intervención socioeducativa, etc., las desigualdades sociales en el acceso al bienestar entre los niños que viven en estas condiciones materiales y los niños en una situación socialmente más favorecida son más elevadas.

En los últimos años, el Síndic ya ha destacado que la mejora de la coyuntura macroeconómica vivida en el periodo 2014-2019 no había supuesto una mejora de los indicadores de riesgo de pobreza en Cataluña. De hecho, en el año 2019 la tasa de riesgo de pobreza infantil se sitúa en el 31,1%, la cifra más elevada a lo largo de la última década, mientras que la privación material severa, alrededor del 9% de los niños.

Además, el incremento de la precariedad social en que se encuentran muchas familias tendrá afectaciones concretas sobre la calidad de vida de los niños, no sólo en las condiciones materiales de vida, sino que remite también a condiciones afectivas derivadas de situaciones de inestabilidad y de sufrimiento psicológico familiar crecientes. Por lo anterior, el Síndic pide articular un sistema integrado de prestaciones económicas para combatir la pobreza infantil que garantice la accesibilidad económica a los diferentes servicios sociales y educativos.

3. DEFICIENCIAS EN EL SOPORTE, ACOMPAÑAMIENTO Y CUIDADO DE LOS NIÑOS EN CONTEXTO DE PANDEMIA

Durante el año 2020, los servicios sociales han tenido numerosas dificultades para ejercer su función de apoyo y acompañamiento a las familias. Las ratios de personal de los equipos básicos de atención social y los equipos especializados de atención a la infancia y la adolescencia no han sido suficientes para atender el incremento de necesidades manifestadas. Es necesario configurar los servicios sociales de atención primaria como servicios esenciales que deben garantizar, en todo momento, los servicios de atención directa de cuidado, acompañamiento y apoyo a las personas. El Síndic también pide valorar que incrementen la provisión y la dotación de prestaciones, programas y servicios de atención directa, así como de servicios terapéuticos para el acompañamiento psicológico de las familias y los niños que han visto deterioradas sus condiciones de vida.

El teletrabajo se ha establecido como una medida de conciliación, pero el Síndic quiere hacer notar que invisibiliza y menosprecia de nuevo las necesidades del niño, por una parte, y la tarea del cuidado de los niños, que es una tarea que requiere atención y dedicación plena por parte del adulto o adultos que lo asumen, por la otra. El Síndic insiste en que hay que prever permisos retribuidos para el cuidado de niños.

4. EL RETO DE LA PRESENCIALIDAD Y LA LUCHA CONTRA LAS DESIGUALDADES EN LA ESCUELA

La pandemia de la COVID-19 ha tenido un gran impacto sobre el ejercicio efectivo del derecho a la educación de los niños, sea porque ha comportado el cierre de centros, sea porque las medidas de prevención interfieren en la actividad docente y en la dinámica ordinaria de los centros. Estos obstáculos suponen un escenario propicio para la reproducción y la amplificación de las desigualdades educativas.

Por lo anterior, el Síndic ya destacó la necesaria presencialidad en el nuevo curso 2020/2021 en su informe Los centros educativos con elevada complejidad ante la crisis derivada de la pandemia de la COVID-19a pesar de los retos que pueda implicar, especialmente en los centros con alta complejidad. En este apartado el Síndic recomienda convocatorias de ayudas a la escolaridad para el alumnado socialmente desfavorecido, medidas de apoyo a los centros con elevada complejidad y programas de refuerzo escolar y de acompañamiento familiar a través de los planes educativos de entorno y de los servicios de intervención socioeducativa para prevenir el absentismo y la desconexión.

5. LA PARTICIPACIÓN AL OCIO EDUCATIVO EN UN CONTEXTO DE DESIGUALDAD Y DE DISTANCIAMIENTO FÍSICO

La participación en las actividades de ocio durante el verano se ha reducido en un 34,5%. La crisis económica derivada de la pandemia puede introducir obstáculos a la participación de los niños socialmente menos favorecidos a la hora de participar en actividades que requieren un coste de acceso por parte de las familias, como son las de ocio. Para contrarrestar este hecho, el Síndic pide que se promuevan medidas de accesibilidad económica (ayudas económicas, bonificaciones y exenciones, sistemas de tarificación social, etc.)

6. DESIGUALDADES Y RIESGOS EN EL USO DE LAS TIC PARA LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES ANTE EL CONFINAMIENTO

Durante el confinamiento, en el que el seguimiento del curso escolar ha sido telemático, la brecha digital ya existente ha resultado especialmente discriminatoria para el colectivo de alumnado que por razones socioeconómicas puede tener más problemas de conectividad y de provisión de equipamientos adecuados. A pesar del esfuerzo del Departamento de Educación y las administraciones locales todavía hay algunos alumnos sin un dispositivo electrónico para desarrollar la actividad lectiva.

El Síndic también se muestra preocupado por los excesos y las adicciones en el uso de las pantallas y manifiesta la necesidad urgente de establecer medidas de control y supervisión del uso que las empresas que se lucran en el ámbito digital hacen los niños y adolescentes en beneficio propio (tanto de sus datos personales, como de su tiempo y las vulnerabilidades que presentan por razón de edad).

7. SITUACIONES DE ESPECIAL VULNERABILIDAD LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES CON DISCAPACIDAD EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA

El Síndic ha recibido quejas de muchas familias de niños con discapacidad y dependencia reconocidas que ponen de manifiesto la falta casi absoluta de apoyo y de atención por parte de los profesionales y los servicios que habitualmente les atienden. Ante este hecho, el Síndic manifiesta que es preciso reforzar y ampliar el alcance de algunos de los servicios, prestaciones básicas servicios y recursos especializados y adoptar medidas excepcionales de apoyo al domicilio.

8. LA SALUD INTEGRAL DEL NIÑO MÁS ALLÁ DE LA COVID-19

Otro tema que el Síndic ha denunciado han sido las carencias en la atención pediátrica que se sufren desde hace años, lo que afecta la calidad de la atención sanitaria que reciben los niños y adolescentes. En esta línea se deberá estudiar el impacto que habrá tenido la gestión de la pandemia, por ejemplo, en las listas de espera. También pide que se inviertan esfuerzos para poder garantizar la presencialidad del servicio y la aplicación del protocolo de actividades preventivas y de promoción de la salud en la edad pediátrica.

El Síndic también se muestra preocupado por el incremento de los problemas de salud mental infantojuvenil en tiempos de pandemia, ya que, por un lado, la pobreza constituye un factor de vulnerabilidad y aumenta el riesgo de sufrir trastornos y patologías de salud mental y, por otro, impide el acceso a recursos complementarios en el ámbito de la salud mental de tipo privado.

9. LA INCIDENCIA DE LA CRISIS DE LA COVID-19 EN EL SISTEMA PROTECTOR

En Cataluña la acogida familiar se ha convertido en una medida casi subsidiaria respecto de la acogida en centro. El alargamiento de la crisis y situaciones puntuales de contagio en centros obligaron inicialmente a adoptar medidas urgentes para desinternar niños y puede ser una oportunidad para impulsar definitivamente el acogimiento en familia ajena.

En este sentido hay que desarrollar una estrategia de desinstitucionalización de los niños y adolescentes, con el objetivo de que el ingreso en el centro tenga lugar únicamente cuando se considere el recurso más adecuado para el niño; Promover el acogimiento en familia ajena, incluyendo la acogida en unidad convivencial de acción educativa (profesional) y la acogida de urgencia y diagnóstico y adoptar medidas se para prohibir y eliminar el ingreso en el centro de los niños de menos de seis años.

10. LA INVISIBILIZACIÓN DE LA VIOLENCIA EN EL MARCO DE LAS MEDIDAS DE CONTENCIÓN DE LA COVID

La situación de confinamiento y las diferentes medidas tomadas para contener el avance de la COVID-19 han incrementado la probabilidad de que se den situaciones de violencia hacia los niños y adolescentes, y que la detección, sobre todo en los meses de estricto confinamiento domiciliario y de cierre de escuelas, fuera más baja de lo habitual. De hecho, los datos avalan un descenso en las notificaciones al Registro unificado de maltrato o el número de intervenciones de la UDEPMI.

En este contexto el Síndic solicita que de manera urgente se tomen medidas para priorizar la prevención, detección e intervención inmediata de las situaciones de violencia que se pueden estar produciendo en niños durante la crisis de la COVID-19.

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